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A LA ALEGRÍA POR EL DOLOR, JOSÉ HIERRO


Llegué por el dolor a la alegría, supe por el dolor que el alma existe, por el dolor allá en mi reino triste un misterioso sol amanecía“. Para encontrar a los poetas hay que buscarlos entre sus versos, entre sus versos o entre su vida. Con José Hierro, vemos la vida, porque sólo las palabras con su infinita suerte semántica son capaces de crear el mundo. El resto de los sentidos sólo crean la realidad. La palabra que también dirige el pensamiento crea el mundo donde juegan las ideas. Que es la infinita existencia.

Pronto, empezó un desconcierto de cárceles para un joven de diecisiete años, desde la cárcel de Porlier a esa cárcel del Dueso donde Pepe Hierro recitaba versos de Alberti y Juan Ramón a sus compañeros de prisión, mientras insistía susurrando desde esta cárcel podría verse el mar, seguirse el giro de las gaviotas, pulsar el latir del tiempo vivo; esta cárcel es como una playa, todo está dormido en ella, las olas rompen casi a sus pies, el tiempo aquí no tiene sentido.


Como todos, llegué a la alegría por el dolor, y he aprendido en mis carnes que un sueño no puede volver otra vez a soñarse, que por una vez viviré en otros mares, en otros cielos, que no debo volver a buscarme poblando otra tarde como esta de ramas que guarden mi alma. He aprendido que el presente siempre tiene una sajadura hecha con un momento del pasado. Y aprendí, no sé lo digas a nadie a quebrar con mis piernas tu serena cristalería.

A quebrar tu serena cristalería. A quebrar tu serena cristalería. A quebrar tu serena cristalería. No he aprendido nada más en mi vida, que a quebrar tu serena cristalería; aunque como finjo tan bien y siempre saco un verso memorizado a tiempo, consigo engañar a un sistema que procura llevarme por el camino de la absoluta reducción numérica.


Pero lo que ellos no saben es que otro poeta me ha enseñado que las más valiosas cosas no suelen ser las más productivas ni las más prácticas. Donde ahora vivo, no sabéis la alegría que da encontrar una flor, aunque reconozco que es más práctica una col. Por eso he decidido abandonar en esta infinita sabana la cadena de producción y el culto a las cifras y mediciones. Seguiré persiguiendo poetas.

Aunque como soy un buen fingidor me apaño bien con los balances y contabilidades y todo el mundo cree que sigo abasteciendo de cifras el mundo que me rodea.

Y lo que tampoco saben es que al final siempre se acerca el sueño y soñaré aunque no quieran. Sobre el pinar goteando solo de estrellas.

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